Mientras el país recuerda con cariño al maestro chocoano Jairo Varela a poco más de año y medio de su partida hacia el ‘Cielo de tambores’, una lucha mucho más terrenal se vive entre sus dolientes, los mismos que hasta hoy se disputan su herencia ante la justicia.
Los hijos de Varela (Yanila, María Alice, Cristina, María Camila y Juan Miguel) jamás pudieron entenderse con Damaris de Diego, compañera sentimental por 15 años del artista, ni arreglar directamente sus diferencias.
El cantautor nunca liquidó su sociedad conyugal con la madre de su primera hija, Yanila. Ella y los demás vástagos de Varela han debido afrontar dificultades como demandas en contra de su padre, citaciones ante autoridades administrativas e intereses de terceros sobre los derechos de la historia musical y la vida del maestro. De ahí que ellos buscaran al abogado Abelardo de la Espriella para que defendiera sus intereses.
Por su parte, Damaris participó del patrimonio de Varela desde 2001, cuando fue socia de la firma DD Entertainment. Según un registro de la Cámara de Comercio de Cali el objeto de la empresa es “la representación de cantantes, compositores, orquestas en especial al Grupo Niche, ya que la sociedad posee todos los derechos comerciales sobre ella y el manejo del sello disquero PPM”.
Se trata de la misma casa de discos con la que Jairo Varela grabó sus éxitos durante varios años. La firma autorizaba a Damaris para formalizar contratos y organizar conciertos en Colombia, porque la operación en Estados Unidos estaba a cargo de Yanila a través de otra empresa.
El primer round de esta -que se vislumbra- larga disputa legal tuvo que ver con el nombre del legendario Grupo Niche, que decidió en primera instancia la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC).
Dicha marca, en principio, fue entregada por Codiscos a los hijos del maestro, producto de un acuerdo para terminar diferencias que se habían presentado en el pasado entre el músico y la disquera, lo que incluye derechos de autor y pagos de regalías. Ello les permitirá equilibrar las cuentas que el cantautor dejó a sus herederos, dado que, según conoció Semana.com, los pasivos superaban considerablemente los activos.
Damaris, por su parte, no pudo acreditar derecho alguno sobre la marca, lo que implica que sólo los hijos de Varela pueden legalmente emplear el nombre del grupo Niche. En una ocasión anterior, la mujer perdió también la batalla por el nombre de Jairo Varela.
Semana.com intentó comunicarse con Damaris para conocer su versión acerca de esta disputa, pero no se logró respuesta alguna. Sin embargo, se logró determinar que, para ella, la guerra aún no está perdida y también se prepara para pedir ante los estrados lo que considera le corresponde por haber estado al lado de Varela en sus últimos tres lustros de vida.
Ahora le corresponde a la Justicia determinar lo que a cada cual le corresponde del legado del maestro que, sin embargo, no es lo más grande que ha dejado. Lo más grande, sin duda, es la eterna memoria que deja entre generaciones de salseros del mundo que seguirán bailando y disfrutando de las canciones.
Fuente: Revista Semana.
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